Conversación.
I. Condensación
Entre el aire y la verdad,
la condensación.
Recordé las espinas como alivio,
obligado estirar tiempos infinitos,
y las mastiqué como sopa mixta
de letras y fideos escurridizos.
II. Redención
Entre el sol y la mar,
la redención.
Volví envuelto en cenizas,
con olor a golpe seco,
de treinta y uno
de octubre, o no,
de treinta y tres,
disfrazado de vivo, y no.
Fue él.
Fugaz y muerto.
III. Aceptación
Entre la noche y el peligro,
la aceptación.
Contra los golpes del desapego,
cualquier
cosa
cual
caricia.
En ese peligro de perderme, brillan,
me recuerdan, y me olvidan.
Se ríen y clavan, líneas indecisas,
timones que se astillan: esas astillas.
IV. Decisión
Entré en el abismo y la verdad,
la decisión.
Para ser empujado como espantapájaros
de un rascacielos repleto de tomates ávaros,
de ciegos con bastones que marcharon,
la fachada plagada, cascada de ratones.
Espantado de mí mismo,
los que no pueden ver
me señalan.
Entre paja, tomates rotos,
esqueletos de ratones y disfraces,
caricias y cenizas.
Epílogo
Se condensa la redención.
Se acepta la decisión.
Entre tanto.
Entré.