Silencio en la Sala.

Verte al rimar.

Esas esperas presas de la letalidad,
de creer en observar más y callar,
de crecer en la virtud y en tu verdad,
de ser boraz con las horas al pasar.

Esos sentidos tuyos vivos en el lugar,
como herizos murmullando la lealtad,
como pinchos levantado la eternidad,
como mitos creidos bajo esa realidad.

Ese cielo caluroso que te hace sudar,
dando ira a calmados latidos sin parar,
dando vida al cuerpo quieto sin dudar,
dando prisa al exalto ansioso sin calmar.

Es verte sonriente y segura al caminar,
es sentirte libre, con locura para crear,
es elegirte como cura para sembrar,
es pedirte que me acompañes hasta el final.