Silencio en la Sala.

Excavó él.

Le es difícil continuar vagando por el sendero,
abrumado, rodeado de musgo y barro,
poblado de arañazos de limón.

Hasta que logra perderse en los matojos de uñas,
para a gatas, conversa con sombras,
pierde el hilo del jersey.

Reza mil veces al día por si alguien le encuentra,
tapado por serpientes de silencio,
tumbado en el agujero.