Silencio en la Sala.

¡Mamma Mia!

Mientras daba una calada, Mario recordó una seta que le hizo enorme, una flor que le hizo disparar bolas de fuego, una estrella que le hizo invencible.

Todos esos malditos viajes por las tuberías que le despeinaron el bigote.

Que duro ser fontanero.