Evidencias sombrías.
Se rindieron mis lágrimas a la desilusión del fracaso,
se postraron ante la evidencia, cruel y eterna,
cayeron de lo alto de una expectativa maldita,
regaron la tierra por la cual pisaron millones.
Pisotearon emociones, lindas y bellas,
como si fueran una desgracia, una maldición,
arrancaron fe y amor, como si fuera un pecado.
Borraron la confianza, suprimieron la verdad,
vieron el ocaso como un opaco atardecer,
ardiendo, como un eclipse de sentidos,
que urga y enciende las llamas ocultas.
Fallecieron al evaporarse en el desestimiento,
en la frustración de lo maldito, de lo claro
cual pantera negra en una sábana desierta.