Papel de amor.
Fue el cielo de fuego y viento
en el que,
viendo las intenciones volar por momentos,
se estrellaron en el sol.
Se quemaron en el árbol de cenizas,
de azar, y lanzar los dados con prisas,
erizó su piel al pensar e imaginar,
en caer por la corteza de ese cuerpo.
Los pedazos acristalados de sus ojos,
ven la vela que acaricia y derrite,
sin dudar y con un sofoco intenso,
escenas de un documental caduco.
Fugaz como un espasmo,
dañino como un pinchazo,
esa ley del olvido y el lazo,
del presente al pasado.
Envuelto en papel de amor.
El interior incierto,
nublado como un tejido
opaco como un vaso de lana,
trasladado en una bandeja de frio.
Mestizo del aprendizaje y el error,
hizo de su residencia el fuerte,
el cajón de la suerte y el paseo,
del movimiento descoordinado.
La garra de un tirón,
la sutileza y suavidad,
y una sábana cayendo
sobre el misterio del alma.
Tapa voladora, baila al son,
resorte de esperanza, sonrie,
y mientras la música, canta,
y la alegría de fiesta, llora.
Envuelta en papel de amor.