Llanto de mermelada.
Sembró, se cayó por un agujero,
perdió el puesto que quiso,
fue responsabilidad y ausencia,
fue trabajo y fracaso.
Resistió, se mordió a si mismo,
espacio de lino, espejismo,
del fino atardecer sepultado,
en lucha contra la inocencia.
Rodillas de butano, suelo ardiente,
sin fe, hereje de sus heridas,
mermelada de dulce huesped,
florece el quiste dependiente.
A merced de su descripción,
a los tachones de esencia sobre cartón,
pánico y miedo, agresión y control,
al borde de una despedida.