Mientras duermes.
Ese arañazo sobre cristal empañado,
suave y húmedo desliza sobre la superficie,
como aquel que finge y se postra, bañado
en hormigón bidimensional, creando su efigie.
Llovían castañas y rebotaban contra el suelo
y el sueño perseguido en peligro de colisión,
un cuerpo sin misión, cual plano sin arquitecto,
y su retrato creado desde un garabato chillón.
Cartas gritonas bañadas en agua estancada,
querer leer tanta línea afluente al mar espeso,
imposible dar paso a los ojos, hacia esta cala
de miradas borradas que daban olor a yeso.
Calla la calma, pitido de golpes recurrentes
desvelan los sueños y ambiciones de la mente,
caen los párpados y el ceño se vuelve funebre,
ver no es, mas lo es si ves mientras duermes.