El Teatro del Tobogán.
Quisiste dar un salto eterno,
caída libre,
hacia el sentido de una carretera cortada,
pendiente e inclinada,
como un tobogán hacia el cielo.
Un impulso extremo,
un golpe seco,
para intentar llegar más alto,
más lejos,
un golpe seco,
un cambio brusco,
y un zarandeo imparable.
El mareo en espiral,
con los giros tristes como caretas,
sin enfoque posible,
no lo viste,
no hay verdad en lo que ves.
Siniestros personajes en las sombras,
amanecen,
enloquecen con el final,
vuelan desde el principio,
caen desde el inicio.