Silencio en la Sala.

Privado.

El caparazón de musgo errático,
guarda púas de algodón,
proyecta sombras de prisma al sol,
contiene lustros problemáticos.

Su reverso intenso y arenoso,
repleto de figurantes, cuentos históricos,
pronósticos de enseñanzas
apreciables con anteojos de pánico.

El Ilustrador, anudado de sus articulaciones,
valiente ovillo armado de puntas de alma,
traza fieles siluetas en canciones,
protagonista de la esfera, espera en calma.

En inercia melancólica, e ilusoria,
explosión de calor de energía transmisora,
emite minuciosas pautas en memoria,
consigue plasmar en fuego su historia.