Silencio en la Sala.

Canta.

Nómada de mis cementos,
no da más de mil vientos,
doraba líneas sin lamentos.

Pangea de sus capilares,
lazadas azabaches que intersectan,
proyectan luces discontinuas de copa arcoíris, desvanece la niebla negra.

Opacó el puzzle, huyó del armamento,
acarició el dulce, murmulló sediento
vició el buche, diluyó el alimento.

Extruendo rocoso extendido,
pardo y puntiagudo, hiere de forma alzada,
diezmada esencia, presencia vaporizada,
cae sordo en un sonoro enmudecido.