Silencio en la Sala.

Péndulo.

Colgué de una liana la guía del trazo de mis pasos,
como las líneas de la palma de una mano,
distintas y con un significado interpretable.

Tambaleé la esperanza con fuerza y firme,
como consecuencia esos pulsos impulsaron mi cuerpo,
dejando esencias de ese anhelo por el aire.

Mi péndulo enérgico grita en sus extremos,
miedo y valor enfrentados,
emparejados por el marchitar fatídico,
por el peso del paso de un segundo.

Por verme sumergido en la brisa conquistada,
en la escala sonora de un chasquido,
herido,
el movimiento pausa su dinámica.