Silencio en la Sala.

Perspectiva.

Es mi férreo pensamiento, te creo,
fiel y leal a perseguir mis deseos,
a hacerme feliz, a cuidarme de mareos,
a aislarme de cameos peliculeros
y de caramelos que duran un recreo.

Es la duda, que carece de empatía, voy por otra vía,
por no coincidir contigo, por no experimentar el ansia viva,
por querer seguir a flote de una forma digna,
ser un malabarista o un equilibrista.

Bolas de cristal preparadas y equilibrio listo, 
mi sino, pese a su fragilidad, sería sencillo,
una cuerda, leve pero letal, como el filo del hilo,
un paso firme, pero seguro y con un ritmo previsto.

Por el camino de los escándalos,
de los ruidos que causan desconcierto,
de lo incierto de mi mismo,
a los vándalos que rompen esos criterios,
sabré mandarlos a buen puerto.

Así continuar, de forma infinita,
que la piel con el roce se irrita,
que la mala vibra incita una lírica negativa,
y es necesaria la noche para de día tener perspectiva.